Historia de una bodega exótica
La decisión más trascendental resultó en las oficinas de su empresa Matura Latinoamérica, en la ciudad de Mendoza. Con mucha emoción, nos manifestó que él había conocido Argentina por primera vez, invitado por un amigo que vivía en Córdoba. Es por ello que estuvo muy entusiasmado en investigar por primera vez el terroir de nuestra finca de 475 has. recientemente adquirida en el Valle de Traslasierra, sobre la ladera oeste de la Sierra de Achala, también conocida como Altas Cumbres.
Gracias a su consejo, contratamos al mes siguiente a los profesionales de su empresa, Ing. Mario Japaz, y al Agrónomo y Enólogo Guillermo Cacciaguera, junto a un joven y por entonces casi desconocido Dr. en Terroir, recibido en la Universidad de Paris: Pedro Parra.
En mayo de 2009 el Dr. Parra nos envió desde Chile un escáner de electro conductividad (en aquel momento aún no disponible en Argentina), y luego de profundos estudios de suelos, agua y clima, elaboró un minucioso informe delimitando los futuros "Clos" o parcelas especiales donde se iban a implantar cepas precisamente definidas por él, en cuanto a calidad, orientación, densidad, forma de conducción y poda. Nos anticipó que debido a todos estos factores, en nuestra finca teníamos un "terroir del viejo mundo", dentro del "nuevo mundo" vitivinícola, el cual personalmente no había visto hasta entonces en Latinoamérica.